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Se trata de una miscelánea de modernidad y clasicismo nuevo. Elegancia urbana que atribuye un carácter cosmopolita a esta residencia de élite ubicada en la capital de Chile, Santiago. Es lo que podemos decir en pocas palabras del resultado de nuestro trabajo sobre este proyecto.

El departamento se encuentra en el piso 20 de un edificio en el barrio residencial El Golf. Lo más singular y notable en él es la vista panorámica de las habitaciones principales que dan al campo de golf y a los Andes. No obstante, los espacios tienen ciertas desventajas. A pesar de la gran superficie, las habitaciones no son nada espaciosas, ni sus techos altos. Nuestra tarea se ha hecho aún más difícil por los muros acristalados en algunas de las habitaciones. A las enormes ventanas que ocupan la longitud y la altitud total se contraponen largas y sólidas paredes sin luz. Además, todos los espacios vienen conectados por múltiples pasillos.

Con el fin de reducir el fuerte contraste entre paredes y ventanas en el salón-comedor utilizamos diferentes revestimientos. Su graduación es bastante suave –empezamos con la crudeza del hormigón, pasamos por la limpieza del mármol y terminamos con la superficie áspera y pretenciosa del granito en el fondo del comedor. Para conseguir una transición paulatina entre las ventanas y las paredes oscuras la pared corta en el fondo del espacio lleva espejos. En ellos se reflejan y multiplican las ventanas. Las cortinas pesadas de un solo color suavizan aún más el ambiente. El suelo es neutral. La alfombra, más con su textura particular que con su dibujo, añade valor al resultado final.

La selección de los muebles es igualmente pretenciosa, más bien manierista. Cada cosa en el salón-comedor es un objeto artístico peculiar. De todas formas, la combinación entre formas y texturas logra un delicado equilibrio.

La cocina es un espacio de gran importancia en este departamento. Hemos desarrollado su diseño como si fuera un laboratorio especial ya que la familia dueña de la casa presta especial atención a la comida saludable.

Para ampliar la cocina hemos cambiado el lugar de la despensa y de la lavandería. El resultado de esta modificación es una cocina de proporciones bien alargadas. La limpieza de las líneas hace que resalten las nuevas dimensiones del espacio. A los muebles geométricos y casi aburridos se contraponen las ventanas redondas que forman parte del diseño original del edificio. Ellas son un acento que viene complementado por las campanas extractoras montadas sobre la isla.  Otra sorpresa, aunque su forma rectangular la hace parecer poco notable, es la barra “voladora”.

Sin embargo, el secreto de la aparente simplicidad se esconde en los materiales y en su graduación. Las paredes están completamente revestidas –las planchas longitudinales son de granito ceppo que se asemeja a un mosaico de trozos grandes, las transversales son una imitación a hormigón para muebles y esconden los armarios empotrados. El suelo es oscuro de color grafito con matices marrones. Las encimeras son de granito reconstituido que también tiene vetas marrones. La madera de las puertas en la cocina es de roble con un acabado particularmente fino en gris ahumado. Las luces están empotradas en el techo de forma discreta e iluminan adecuadamente el espacio. La única cosa que no está empotrada es la lámpara fina encima de la barra.

El dormitorio principal es una especie de reverencia ante la arquitectura del país. Ahora es el momento de decir que la arquitectura contemporánea de Chile sorprende e impresiona por su calidad. Por eso en nuestro caso hemos utilizado materiales de construcción u otros materiales de semejante aspecto. La cama está compuesta por varias plataformas que incluyen un panel de cemento, paneles de encofrado, perfiles de aluminio de sección rectangular y perfiles cuadrados de hierro negro. El colchón de 200 cm a 200 cm permite utilizar la cama por los dos lados. Para recuperar el equilibrio de materiales hace falta un poco de finura que nos proporcionan la cabecera tapizada de alcantara, las lámparas y la silla de EDRA.

Junto al dormitorio hay dos espacios más, un ropero y un cuarto de baño. Lo que predomina en el cuarto de baño es la conexión visual con el exterior. La encimera en la que están montados el lavabo y el grifo de Gessi es mucho más baja de lo habitual y permite extender la mirada hacia fuera.